domingo, 31 de enero de 2016

Tras los pasos de RASTIGNAC

EUGÈNE DE RASTIGNAC es uno de los personajes más apasionantes que desfilan por las páginas de La comedia humana. No sólo es el paradigma del arribista que desde las más altas cimas de la miseria, gracias a su palmito y a amistades más bien poco recomendables, se eleva hasta una posición de privilegio en la sociedad de los últimos años de la Respautarción y durante toda la Monarquía de Julio, sino que es también modelo de evolución psicológica: de joven provinciano de corazón puro llegado a París con escaso peculio, obligado a hospedarse en la pensión Vauquer, llega a ser respetable banquero, par de Francia y ministro, a través de unas renuncias de las que es perfectamente consciente y que forman parte de su encanto.

Balzac convierte a Rastignac en hilo conductor de varias novelas de su obra magna. Evidentemente, la publicación no sigue el orden cronológico de la vida de su héroe, que desaparece y reaparece al hilo de su voluntad, pero si vemos La comedia humana a vista de pájaro tendremos todas las piezas de un mosaico completo, una carrera, una vida fascinante, la vida quizá del Balzac que quiso y no pudo ser, que dotó a Rastignac de los atributos que a él le faltaban y le zarandeó con sus mismas pasiones: el triunfo en sociedad, el afán de lujo, la posesión de mujeres hermosas, el apego infinito al dinero, siempre con un cierto sentimiento de culpa que tiñe sus obras más tempranas. Por desgracia el autor murió demasiado joven, y no sabemos qué fue de Rastignac después de los cincuenta años; pero nos han quedado sus novelas para recomponer ese mosaico fastuoso, más realista que romántico (desde luego se puede encontrar romanticismo en Eugenia Grandet, pero no demasiado en las obras que siguieron), en el que apenas se incurre en contradicciones, que es también un paseo por un París fangoso y sórdido, que el autor con incisiva ironía y también un profundo desprecio subyacente nos va desvelando en casi una veintena de novelas y varias nouvelles. Rastignac es un personaje fetiche de La comedia humana, y sólo es superado a nivel de recurrencia (aunque quizá no de importancia) por el barón Frédéric de Nucingen, el marido de Delphine, y por el conde Henri de Marsay, amante de esta (y de otras muchas); el eje central de la obra magna de Balzac es el dinero, dinero que gira en torno a la casa Nucingen, regentada por este barón alsaciano que será también el mentor de Rastignac, y que aparece nada menos que en 31 novelas y algunos relatos cortos. Así que vamos a intentar seguir los pasos de este joven provinciano que nos van a llevar al corazón mismo de la obra de Balzac.

Se dan entre paréntesis los títulos de las obras cruzadas que hacen avanzar esta biografía de uno de los personajes literarios más reales de todos los tiempos; la fecha de publicación corresponde a la primera aparición en el mercado editorial, incluso antes de futuros retoques o de aparición en volumen (Balzac publicó bastantes títulos por entregas en revistas literarias, y ya como folletín en periódicos a partir de 1836).

domingo, 17 de enero de 2016

Arturo Pérez-Reverte


Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 25 de noviembre de 1951) fue reportero de guerra durante más de veinte años y es autor, entre otras obras, de "El húsar", "El maestro de esgrima", "La tabla de Flandes", "El club Dumas", "Territorio Comanche", "La piel del tambor", "La carta esférica", "La Reina del Sur", "Cabo Trafalgar", "El pintor de batallas", "Un día de cólera" y "El asedio"; y de la conocidísima serie histórica "Las aventuras del capitán Alatriste" que fueron llevadas al cine con la película "Alatriste". Es miembro de la Real Academia Española desde 2003.

Obras


  1. El tango de la Guardia Vieja (2012)
  2. El puente de los asesinos (2011) 
  3. Los barcos se pierden en tierra (2011) 
  4. El pequeño hoplita (2010) 
  5. El asedio (2010) 
  6. Cuando éramos honrados mercenarios (2009) 
  7. Ojos azules (2009) 
  8. Un día de cólera (2007) 
  9. Corsarios de levante (2006) 
  10. El pintor de batallas (2006) 
  11. Sobre hombres y damas (2006) 
  12. No me cogeréis vivo (2005) 
  13. Cabo Trafalgar (2004) 
  14. El caballero del jubón amarillo (2003) 
  15. La Reina del Sur (2002) 
  16. El capitán Alatriste y la España del siglo de oro (2002) 
  17. Territorio Comanche (2001) 
  18. Con ánimo de ofender (2001) 
  19. La carta esférica (2000) 
  20. El oro del rey (2000) 
  21. Patente de corso (1998) 
  22. El sol de Breda (1998) 
  23. Limpieza de sangre (1997) 
  24. El capitán Alatriste (1996) 
  25. Obra breve (1995) 
  26. La piel del tambor (1995) 
  27. Un asunto de honor (1995) 
  28. La sombra del águila (1993) 
  29. El club Dumas (1993) 
  30. La tabla de Flandes (1990) 
  31. El maestro de esgrima (1988) 
  32. El húsar (1986)

sábado, 16 de enero de 2016

"El martillo azul", de Ross Macdonald


Hammett, Chandler, Macdonald. El triunvirato de la novela negra. El primero, el creador o casi del género de detectives. El segundo, un clásico entre los clásicos. Tal vez, el que marca el tono definitivo. Y el tercero, la madurez, sin tanta dureza como en Hammett y con menos sarcasmo que en Chandler, pero igual de profundo y de atractivo. Lew Archer, el más duradero de los detectives, ecologista, desengañado, psicólogo. El detective triste.

"The blue hammer" es la última novela escrita por Ross Macdonald, donde un Lew Archer ya sesentón vuelve a intervenir, como casi siempre, en una historia de familia. La búsqueda de un cuadro robado, hará que como en gran parte de sus novelas, descubramos los secretos enterrados del pasado, que van aflorando de una forma casi natural, casi como si el detective, más que de investigador, actuará de gran psicoanalista, y lo único que necesitará fuera ir de un lado a otro, para propiciar que los distintos actores, se decidieran de una vez a aflorar sus viejos demonios interiores.

Las novelas de Ross Macdonald presentan siempre el mismo esqueleto, como los seres humanos, los mismos huesos con la misma distribución, lo que varía: corte de pelo, color de ojos, edad, pobreza o riqueza… sólo son excusas para mostrar la misma desgracia e incomprensión, provocadas por la codicia y el amor o desamor.

Casi siempre son padres con problemas matrimoniales, a veces él mayor que ella, ésta incluso con algún bagaje problemático, aunque ellos no se quedan atrás, suelen, ellas, conservar cierta belleza que rememora una anterior dicha. En cuanto a los hijos o hijas, su principal adversidad son sus propios padres y después ellos mismos.

Y el relato. El relato siempre se desvela al final. El relato verdadero no es el que se ha ido trazando a lo largo de la trama, que está lleno de desvíos, desajustes, engaños y mentiras, sino el último, el que se conoce en el desenlace, siempre con Lew Archer como el narrador omnisciente final, que consigue desentrañar todo el estropicio de robos, muertes simuladas y asesinatos violentos en un relato fidedigno último, donde los malos quedan descubiertos y desnudos ante su propia miseria.

Eso ocurre en The Blue Hammer (El martillo azul), la última novela de Ross Macdonald, donde el esquema se vuelve a repetir, en este caso el inicio es un robo de un cuadro de un artista conocido en la ciudad (Richard Chantry), desaparecido hace años, a manos del amigo (Fred Johnson) de la hija (Doris) de unos padres adinerados (los Biemeyer, Jack y Ruth), propietarios de la pintura. Pero eso es solo el planteamiento inicial, posteriormente viene el primer asesinato en el presente del marchante de arte Paul Grimes, que directamente va empujando la investigación hacia los antecedentes, hacia la genealogía, donde la historia de la desaparición del artista Richard Chantry cobra mayor protagonismo que el cuadro buscado en el presente, y sólo a partir del descubrimiento de los hechos del pasado se encuentra la verdad sobre el caso del presente.

Podríamos decir lo mismo de The Goodbye Look (La mirada del adiós), donde el buscado es Nick Chalmers, un chico con demasiados problemas psicológicos, cuyas causas se encuentran en la historia, genealógicamente desvelada, de sus padres, más que en los sucesos recientes que han ocasionado que Lew Archer aparezca en escena. O conThe Far Side of the Dollar (El otro lado del dólar) donde el huido o desaparecido es el chico Tom Hillman, internado en un centro para jóvenes problemáticos por sus propios padres.

O, aunque cambie algo el esquema, como en Black Money(Dinero negro) o The Barbarous Coast (La costa Bárbara), al final todo se resume en un rastreo sobre vericuetos escabrosos del pasado que ocasionan las desdichas del presente.

El gusto de leer a Ross Macdonald o de seguir las vicisitudes de Lew Archer no está en lo inesperado de sus tramas –inexistente, a pesar de las continuas sorpresas finales– ni en buscar la excepción de los personajes –siempre son los mismos, pero con distintos nombres–, el gusto de perseguir a Lew Archer o de leer a Ross Macdonald es que cada lectura es una relectura. Y con cada relectura nos inmiscuimos en los mismos ambientes californianos –Lew Archer se recorre toda California en sus casos, no sólo Los Ángeles donde tiene su oficina, incluso, a veces, traspasando sus límites (Nevada, Arizona…) cuando el caso lo requiere–, nos encontramos con los mismos personajes, con los mismos problemas de codicia, de despecho, de envidias y de amores falsos y auténticos que nos forman y nos conforman, que, más bien, nos constituyen, dándonos una forma universal, como si nuestro lugar en el mundo fuera siempre y sin excepción un lugar fuera de lugar, excepto para Lew Archer, que sabe colocar cada pieza en su sitio.

Serie del detective privado Lew Archer

(1) 1949. The Moving Target. (El blanco móvil)
(2) 1950. The Drowning Pool. (La piscina de los ahogados)
(3) 1951. The Way Some People Die. (La forma en que algunos mueren)
(4) 1952. The Ivory Grin. (La mueca del marfil o La sonrisa de marfil)
(5) 1954. Find a Victim. (En busca de una víctima)
(6) 1956. The Barbarous Coast. (La costa bárbara)
(7) 1958. The Doomsters. (Los maléficos o Los malignos)
(8) 1959. The Galton Case. (El caso Galton) Lectura
(9) 1961. The Wycherly Woman. (La Wycherly)
(10) 1962. The Zebra-Striped Hearse. (El coche fúnebre pintado a rayas)
(11) 1964. The Chill. (El escalofrío)
(12) 1965. The Far Side of the Dollar. (El otro lado del dólar)
(13) 1966. Black Money. (Dinero negro)
(14) 1968. The Instant Enemy. (El enemigo insólito)
(15) 1969. The Goodbye Look. (La mirada del adiós)
(16) 1971. The Underground Man. (El hombre enterrado)
(17) 1973. Sleeping Beauty. (La bella durmiente)
(18) 1976. The Blue Hammer. (El martillo azul) Lectura


2007. The Archer Files. (El expediente Archer) [recopilación de todos los relatos (y algunas obras inconclusas) donde aparece Lew Archer. 

Relatos:


  1. “En busca de la mujer” (1946)
  2. “Muerte en el agua” (2001)
  3. “La mujer barbuda” (1948)
  4. “Extraños en la ciudad” (2001)
  5. “Chica desaparecida” (1953)
  6. “La siniestra costumbre” (1953)
  7. “El suicidio” (1953)
  8. “Rubia culpable” (1954)
  9. “Empresa inútil” (1954)
  10. “El hombre enfadado” (2001)
  11. “Azul medianoche” (1960) “Perro dormido” (1965).]

lunes, 11 de enero de 2016

La costa de los mosquitos, de Paul Theroux



Si uno Googlea La Costa de los Mosquitos (1981), la mayoría de los resultados harán referencia a la poco exitosa adaptación cinematográfica de Peter Weir (1986). Sin embargo, la novela homónima en la cual se basó, de Paul Theroux, no merece este trato. Igualmente, aunque la faceta más conocida de Theroux es la de escritor de viajes, nos encontramos ante un texto de ficción sobresaliente.

El protagonista de la novela es Allie Fox, un inventor y padre de una familia de clase media-baja del Massachusetts de los años setenta. No obstante, el narrador es su hijo mayor, Charlie Fox, de trece años, quien, como el lector, mantiene una relación de amor-odio con Padre (así lo llaman todos). Pese a que tarda un poco en arrancar, nos encontramos frente a una novela de aventuras de la estirpe del Robinson Crusoe de Daniel Defoe: Allie, o Padre, asqueado de la American way of life, decide trasladar a toda su familia —cuatro hijos y su mujer— a la Costa de los Mosquitos, Honduras, en busca de un lugar donde aislarse de la sociedad de consumo que tanto odia y así vivir como desea. Por tanto, La Costa de los Mosquitos también es deudora del Robinson suizo de Jonathan David Wyss —la primera robinsonada en familia— y del Waldende Henry David Thoreau.

Un acertado comentario de la solapa de la edición reseñada resalta el parentesco de Padre con el Hamlet de Shakespeare: ambos son protagonistas absolutos de sus obras y desbordan personalidad y carisma, pero Hamlet es un indeciso mientras que Padre tiene las cosas muy claras; los dos son, en cierto sentido, unos revolucionarios con un carácter tan complejo que les causará la perdición. Padre es un patriota que detesta y abandona el statu quo en que le ha tocado vivir: los Estados Unidos cristianos del progreso desbocado. De ellos dice:

“Comemos sin hambre, bebemos sin sed, compramos sin necesidad y tiramos toda suerte de cosas útiles. No vendas a nadie lo que quiere, véndele lo que no quiere. Haz como si tuviera ocho pies y dos estómagos, y dinero para tirar. Eso no es ilógico, es maligno”.

Contra el capitalismo salvaje, Padre receta vivir con lo puesto, sostenibilidad y ecologismo; contra la religión, una buena dosis de cientificismo ateo; contra la ociosidad y el aburrimiento, el trabajo constante. Pero junto a esta vertiente tan hippy, Padre es un megalómano self-made man, una hipérbole del Crusoe clásico con un carácter ambivalente: ingenioso, valiente, trabajador e idealista, pero secretamente egoísta, mentiroso, explotador y comodón. Los mejores momentos de la novela son los enaltecidos discursos —o sermones— de Padre, que desvelan su intricada y a menudo contradictoria ideología.

Theroux consigue que los lectores nos volvamos adictos a Padre: como su familia, necesitamos sus conocimientos y sus lecciones de moral, admiramos su arrojo y su genialidad. Pero también entrevemos su lado oscuro y peligroso, como Charlie (el hijo narrador), y acabamos siendo sus rehenes. La novela da un giro interesante cuando la familia huye de Jerónimo, el primero de sus hogares, desprendiéndose del optimismo inicial y encaminándose hacia un modo de vida más salvaje, en busca de una auténtica terra incognita, un lugar intocado por la civilización; al mismo tiempo, Padre se convierte en un tirano, haciendo creer cruelmente a sus hijos que Norteamérica ha sido destruida para que no quieran regresar. Por momentos, La Costa de los Mosquitos tiene un aire a simulacro de novela de ciencia-ficción posapocalíptica, al estilo de La carretera, Mad Max o el Mecanoscrito del segundo origen; las pobres y devastadas orillas del río Patuca lo atestiguan. Con la figura de Padre, Theroux nos muestra cómo a través del utopismo exacerbado —e impuesto a la fuerza— nos dirigimos al distopismo.

El estilo de Theroux es directo y vigoroso. Sus descripciones no se hacen pesadas ni caen en convencionalismos, sino todo lo contrario: encontramos menos de las que cabría esperar —sobre todo de un autor de libros de viajes— y contribuyen a la reconstrucción de los paisajes a medida que vamos leyendo. Como ya he dicho antes, lo mejor de La Costa de los Mosquitos son sus diálogos, y no únicamente los de Padre, pues por ellos percibimos las tensiones familiares. El punto de vista elegido también es un acierto: Charlie Fox es un narrador fiable y perspicaz, aun siendo un adolescente. Si algo se le puede criticar a Theroux es la verosimilitud de algún personaje o situación. Por ejemplo, la madre, demasiado sumisa, apenas protesta ante las locuras de Padre y el modo de vida extremo que impone a sus hijos.

En fin, esta obra es muy recomendable no sólo para los amantes de la novela de aventuras o para los ecologistas. Theroux no es un panfletista —ni pesado ni ingenuo— y es consciente de la complejidad de un tema tan importante y delicado como es el colonialismo. Sus cerca de 400 páginas pasan volando gracias a las reflexiones en voz alta de Padre, sus sermones y sus inventos, y consiguen además sedimentar en el lector.

Firmado: Guillem González Noguer

lunes, 4 de enero de 2016

Los campeones de la novela negra contemporánea

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Michael Connelly (Filadelfia, 1956)

El padre del personaje Harry Bosch es una figura clave en la literatura del género de las últimas dos décadas. Su pasado por el mundo del periodismo como reportero de sucesos le da un estilo directo, pulcro y emocionante. En los 16 libros escritos sobre Bosch el personaje evoluciona, envejece y se hunde como pocos en la oscuridad de un trabajo nada agradable. Si tengo que elegir, me quedo con Cuesta Abajo. Es también responsable de la serie del abogado Mike Haller y de otras obras como Deuda de sangre.
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Dennis Lehane (Boston, 1965)

Uno de los grandes renovadores del género. Una voz esencial en la novela negra de los últimos años con una obra diversa y literariamente rica. Su serie protagonizada por los detectives Kenzie y Gennaro es una delicia. Su maestría con el género se ve perfectamente en otras obras ajenas a esta serie como Vivir de noche, Mystic River o Shutter Island. Es, además, guionista de The Wire, creador y guionista de Boardwalk Empire y uno de los escritores del género que mejor han sido llevados a la pantalla.
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James Ellroy (Los Ángeles, 1948)

El autor de la Trilogía americana o del Cuarteto de los Ángeles, entre las que se incluye la hiper famosa L.A. Confidencial, y de otras series menos conocidas pero igual de esenciales como la Trilogía del sargento Lloyd es posiblemente uno de los personajes más insoportables de la escena contemporánea. Pero su extensa y gran obra le justifica. Su radiografía del EE UU de los 40, 50 y 60 del siglo XX, su buceo en lo peor de las cloacas del poder, su estilo abrumador y original y la fuerza del universo que ha creado le hacen sin distinción merecedor de casi todos los halagos que él mismo se dedica
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Jo Nesbo (Oslo, 1960)

Decir novela negra nórdica hoy en día es decir Jo Nesbo. Las novelas de Harry Hole son un manual de los límites del género y del ser humano para enfrentarse al sufrimiento. El inicio de Némesis (una de las mejores narraciones de un atraco de la literatura contemporánea) o la evolución de Harry Hole en las, hasta ahora, últimas novelas del personaje son dos grandes ejemplos. Promete matarlo, lo que no dejaría de ser una novedad que dejaría huérfanos a los millones de fans de este policía tan, tan especial. Su enorme difusión en el mundo anglosajón ha hecho de este excantante y antiguo economista uno de los autores de más éxito de la ficción criminal.
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John Banville (Wexford, 1945)

El reciente Premio Príncipe de Asturias de las Letras ha llevado a cabo sus incursiones en el género bajo el pseudónimo de Benjamin Black. Las cinco novelas de Quirke y Hackett, personajes sublimes, supusieron un impulso literario tremendo para un género siempre bajo sospecha. El lémur es un sencillo y maravilloso thriller. Aunque hay opiniones para todos los gustos, La rubia de los ojos negros es una acertada continuación de las obras de Raymond Chandler, una misión suicida de la que sale bien parado. Un grandísimo escritor haga lo que haga.
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Gillian Flynn (Kansas, 1971)

De plena actualidad por la película Perdida, basada en su excelente thriller con el mismo título, esta antigua periodista y crítica de televisión víctima de un ERE es una voz renovadora del género, que trata con maestría la novela psicológica femenina, que entra de lleno en la novela de venganza, una hija bastarda de Jerry Seinfeld y Patricia Highsmith, capacidades que demuestra de sobra en otro de sus libros, Heridas abiertas. Todo esto sin olvidar que Perdida es el tercer libro electrónico más comprado de la historia y quellegó a desbancar a 50 sombras de Grey en la lista de The New York Times aunque, todo hay que decirlo, con bastante más calidad.
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Andrea Camilleri (Sicilia, 1925)

“Comunista, siempre, siempre, siempre, por justicia social” “empleado de la escritura” y, sobre todo, padre de Salvo Montalbano, uno de los mejores regalos que nos ha hecho la literatura italiana del último siglo. El autor recibió el Pepe Carvalho de novela negra en Barcelona el pasado mes de febrero, un reconocimiento que esperamos no sea el último a una carrera excelsa.
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Fred Vargas (París, 1957)

La creadora del comisario Adamsberg, ese hombre que tiene como don y como castigo una tremenda intuición, es una de las más loadas autoras de novela negra contemporánea por la calidad de sus textos. Algo que tiene más mérito todavía si consideramos que durante años escribió las novelas a salto de mata, en las tres semanas que tenía de vacaciones de verano. Por cierto, le encantan las pequeñas batallas.
Por ejemplo, sigue publicando en Francia en la misma pequeña editorial a pesar de las ofertas millonarias que le han hecho los grandes grupos.
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Henning Mankell (Estocolmo 1948)

Con Kurt Wallander ya fuera del panorama y su creador relatando su vida bajo el cáncer brutal que padece, Mankell se merece un homenaje. Y Wallander, ese policía melónmano, gordo e hipertenso, ese pobre justiciero inteligente e infeliz, ha tenido una influencia enorme en todo lo que ha venido después.
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Ian Rankin (Fife, 1960)

Hablar de Rankin es hacerlo de John Rebus, aquel policía malencardado, complejo, contestatario, genial. Le hizo envejecer, le jubiló, pero ha tenido que rescatarlo e incluso lo ha cruzado con el policía de asuntos internos Malcom Fox. Todo para crear una saga tremendamente exitosa, con cientos de miles de lectores detrás de las peripecias de John Rebus, pobre John Rebus. Su renovación de la novela negra escocesa, que tantos y tantos buenos autores nos ha traído, le hacen merecedor de un sitio en esta pequeña lista.

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Pierre Lemaitre (Paris, 1951)

No es nada fácil que un Premio Goncourt de novela no sólo venga del género negro, sino que lo reivindique. Tampoco es fácil que alguien que empieza a escribir a los 56, a los 63 tenga ya un buen puñado de novelas negras como por ejemplo la trilogía del comisario Camille Verhoeven (excelente debut y homenaje al género con Travail Soigne) o Robe de Marié, auténticas referencias del género. Una voz brutal y con un hondo sentir literario.
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Francisco González Ledesma (Barcelona, 1927)

Puede que la novela negra española tenga varios padres, lo que nadie discute es que González Ledesma es uno de ellos. El creador de Ricardo Méndez, ese extraño detective con los bolsillos llenos de libros imposibles, sobre todo dotó al género en España de una mirada más social, más pegada a la realidad, más crítica. Otro maestro al que hemos incluido aunque no se pueda ya prodigar.
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Lorenzo Silva (Madrid, 1966)

Responsable de esa pareja de guardias civiles formada por Bevilacqua y Chamorro; responsable a su vez de dotar a esos personajes de un visión más cercana para el lector español; responsable, si no culpable, de haber arrasado con esos dos personajes en las siete novelas que ha escrito con ellos de protagonistas. Premio Planeta, Premio Nadal, autor de género juvenil y, sobre todo, un escritor comprometido con la calidad del género.
Fuente

Dennis Lehane

Serie de Kenzie & Gennaro

  1. Un trago antes de la guerra (A Drink Before the War, 1994), RBA Serie Negra.
  2. Abrázame, oscuridad (Darkness, Take My Hand, 1996), RBA Serie Negra.
  3. Lo que es sagrado (Sacred, 1997), RBA Serie Negra.
  4. Desapareció una noche (Gone, Baby, Gone, 1998), RBA Serie Negra.
  5. Plegarias en la noche (Prayers for Rain, 1999), RBA Serie Negra.
  6. La última causa perdida (Moonlight Mile, 2010), RBA Serie Negra.

Otras novelas

  • Mystic River (Mystic River, 2001), RBA Serie Negra
  • Shutter Island (Shutter Island, 2003), RBA Serie Negra
  • Coronado (Coronado: Stories, 2006), RBA Serie Negra
  • Cualquier otro día (The Given Day, 2008), RBA Serie Negra
  • Vivir de noche (Live By Night, 2012), RBA Serie Negra
  • La entrega (The Drop, 2014), Salamandra Black

domingo, 3 de enero de 2016

El asesinato de Rogelio Ackroyd de Agatha Christie



En una tranquila localidad de la campiña inglesa la Señora Ferrari muere víctima de una sobredosis de somníferos. Pocos días después un terrateniente llamado Roger Ackroyd es asesinado. Allí se encuentra el pulcro y bigotudo detective belga, Hércules Poirot, que se ha retirado al campo para descansar (y cultivar calabacines), y será él, con ayuda de la hermana del médico local, quien consiga resolver el misterio.El asesinato de Roger Ackroyd es una de las novelas más originales de la autora británica, que cuenta con una trama muy bien hilvanada y un final realmente sorprendente. Se trata además de una de las primeras aventuras de Poirot.

El asesinato de Roger Ackroyd rompió todas las reglas de la novela policíaca y convirtió a Agatha Christie en un nombre reconocible. Roger Ackroyd sabe demasiado. Sabe que la mujer que ama envenenó a su brutal primer marido. También sospecha que alguien la ha estado chantajeando. Ahora, trágicamente, le llega la noticia de que se ha quitado la vida con una sobredosis de drogas. Pero el correo de la tarde trae a Roger una última y fatal información, que puede aportar alguna luz sobre la identidad del chantajista. Por desgracia, antes de que pueda terminar de leerla, es apuñalado por la espalda hasta morir.

El gran punto fuerte de El asesinato de Roger Ackroid es la imprevisibilidad. Agatha Christie da desde el principio todos los factores para descubrir la verdad, pero sin embargo deja que el lector saques sus propias conclusiones. Somos cómplices de todo lo descubierto por Poirot y, sin embargo, el ingenio con el que él piensa le permite llegar a la verdad mientras nosotros muchas veces nos decantamos por las ilusiones.

El final de esta novela es ingenioso. Agatha Christie te engaña por el camino, dejándote creer que sabes la verdad y alimentando tu ego con las pequeñas oportunidades de acertar que te concede para, al llegar a las últimas páginas dejarte con la boca abierta y una profunda admiración hacia ella.

sábado, 2 de enero de 2016

James Ellroy

Novelas

Obras independientes
  • Requiem por Brown (Brown's Requiem, 1981), trad. de Raúl Quintana.
  • Clandestino (Clandestine, 1982), trad. de Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté.
  • El asesino de la carretera (Killer on the Road, originalmente publicada como Silent Terror, 1986), trad. de Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté.

Trilogía de Lloyd Hopkins
  1. Sangre en la luna (Blood on the Moon, 1984)
  2. A causa de la noche (Because the Night, 1984)
  3. La colina de los suicidas (Suicide Hill, 1985)

L.A. Noir (compilación de las tres obras, 1998), no publicada en español.

Cuarteto de Los Angeles
  1. La Dalia Negra (The Black Dahlia, 1987)
  2. El gran desierto (The Big Nowhere, 1988)
  3. Los Angeles Confidencial (L.A. Confidential, 1990)
  4. Jazz blanco (White Jazz, 1992), trad. de Hernán Sabaté.

Trilogía de los bajos fondos de EE.UU.
  1. América (American Tabloid, 1995), trad. de Hernán Sabaté.
  2. Seis de los grandes (The Cold Six Thousand, 2001), trad. de Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté.
  3. Sangre vagabunda (Blood's a Rover, 2009), trad. de Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté.

Segundo Cuarteto de Los Angeles

Perfidia (Perfidia, 2014)

Novelas cortas
  • Dick Contino's Blues (Dick Contino's Blues, nº 46 de la revista Granta, 1994), no publicada en español.
  • Noches en Hollywood (Hollywood Nocturnes, 1994), trad. de Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté.
  • Ola de crímenes (Crime Wave, 1999), trad. de Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté.
  • Destino: la morgue (Destination: Morgue!, 2004), recopilación de 10 artículos y 2 relatos, trad. de Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté.
  • Loco por Donna (2005), 3 novelas cortas, una de ellas publicada en Destino: la morgue, trad. de Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté, compilación sólo publicada en castellano.
  • Shakedown (Shakedown, 2012), no publicada en español.

Autobiografías
  • Mis rincones oscuros (My Dark Places, 1996), trad. de Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté.
  • A la caza de la mujer (The Hilliker Curse: My Pursuit of Women, 2010), trad. de Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté.